Este es uno de los últimos post que se realizarán en este blog dentro de las demandas de la profesora para con el curso de Formación y Orientación, aunque he de admitir, que más que un esfuerzo habitual para sobrellevar tareas aburridas y engorrosas, este curso y -especialmente- esta bitácora, ha significado un verdadero placer. Pero antes de ponernos sentimentales (eso vamos a dejarlo para la última entrada) vamos a iniciar con lo que nos ha traído aquí.
Soy un líder porque:
Soy un líder porque reconozco que tengo capacidades y que no las tengo. Porque puedo ser capaz de verme a mi mismo y aceptar que soy lo que soy, lleno de virtudes y defectos, y que no puedo hacer todo solo. Soy un líder porque se reconocer que necesito de otros para alcanzar determinados objetivos, porque entiendo que detrás de todo lo superficial soy como ellos, y porque gracias a esto puedo entenderlos y compartir sus tristezas, alegrías, incomodidades y sueños. Soy un líder porque una de las muchas capacidades que poseo, más allá de comprender y motivar, es la de delegar y organizar, sin ladrar ordenes o demandar.
El liderazgo es importante porque:
Sin el liderazgo viviríamos en caos. Imaginemos por un momento que no existen los lideres, ¿Quién entonces unificaría las voces de las personas? ¿Quién los guiaría? ¿Quién les haría entender? Las personas somos libres e independientes y podemos creer lo que sea conveniente para con cualquier tópico en particular, y a veces esa creencia se convierte en un acto, y otras, en una opinión. Muchas veces hay un mal y un bien definidos, muchas otras nadie esta equivocado o en lo correcto, solo somos, solo pensamos, y muchas voces distintas hablando al mismo tiempo, no dejan escuchar. El liderazgo es importante porque ayuda a unir esas voces, ayuda a que se entiendan, a que lleguen a un acuerdo y a mirar hacía adelante. Ya sea un país, un negocio o un salón de clases. Sin el liderazgo no habríamos llegado tan lejos como lo hemos hecho.
Admiro a: Steve Jobs
Steve Jobs no fue una persona perfecta, obviamente, eso no existe. Pero efectivamente, hay quienes distan más de ese calificativo que otros, y Steve estaba lejos, muy, muy lejos. A veces no trataba a las personas como estas merecían ser tratadas, demandaba y pasaba factura a quienes osaban ir en su contra. Sin embargo, hay dos factores que admiro de este hombre: Su visión y su capacidad para hacer que otros lo sigan. Steve Jobs no armaba computadoras, pero creó una de las empresas de computadoras más grandes de la historia: Apple. Steve Jobs, en sus propias palabras: "Dirigía la orquesta". El tipo sabia lo que quería, sabía lo que se podía alcanzar, y no se rendía hasta obtener eso que él veía solo en sueños. Tuvo la visión al hacerlo con Apple y tuvo la visión al hacerlo con Pixar. Y entonces, volvemos al primer punto: Si trataba mal a tantas personas... ¿Porqué todos querían trabajar con él? ¿Status? Quizá, la empresa es un monstruo, trabajar allí es una estrella en la frente. Pero no, en lo personal, creo que va más allá de eso: Steve Jobs hacía que las personas crean en lo que él creía. Steve Jobs te invitaba a ver su sueño, te hacía creer que era posible y te convencía de formar parte de él. Si, él tipo era demasiado exigente, pero una vez que podías ver lo que había en su cabeza, sutilmente, no esperabas a escuchar sus gritos, sino que tu mismo te imponías ir un paso más allá.
Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario